jueves, 16 de diciembre de 2010

La autodefensa de y para mujeres es una respuesta a la violencia de género

Decimotercero artículo del dosier "Tijeras para Todas". Con el deseo de crear relaciones distintas entre nosotras.
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Sólo de y para mujeres por la socialización que recibimos. Desde el momento en que nacemos somos educadas de una manera distinta dependiendo de si somos consideradas niña o niño. Y la cultura en que crecemos y nos relacionamos también nos percibe y nos determina de una manera distinta. Esto se reproduce en todos los ámbitos sociales como la família, la escuela, el grupo de colegas, el trabajo, las relaciones de pareja, fiestas...

No queremos decir que todas las mujeres sean iguales sino más bien remarcar que hay una identidad fémina criada y impuesta a nivel social que afirma que somos sensibles, emotivas, pasivas, dóciles, cuidadoras, conciliadoras, débiles, hospitalarias, seductoras, heterosexuales, celosas, etc, etc.
Sólo de y para mujeres porque existe una bipolaridad de género (mujeres/hombres). Esta es la realidad en la que vivimos. A partir del momento en que todos los espacios (o casi) te ven como mujer, estás más sujeta a agresiones por el hecho de que el género masculino domina y el género femenino se asocia a ser dominado – a nivel de fuerza, de deseo, de necesidades, entre otras cosas más.

Esta bipolaridad existe, nos guste o no. Nosotras partimos de esta base para cuestionarla y cambiarla. Cambiarla, por ejemplo, cambiando las relaciones entre mujeres que están muy fragmentadas y dominadas por su relación con el otro género.
Nosotras entendemos la autodefensa como una manera práctica y directa de cambiar la construcción de género, la socialización, la identidad fémina, el rol masculino de dominar por la voz y la fuerza física, de dominar los espacios públicos (calles, bares,...), el rol femenino del silencio, de la aceptación, de la simpatía,...

Cuestionar todo esto a partir del cotidiano, de nuestras experiencias y no de una base ideológica o teórica. Buscar la complicidad entre mujeres. Esto no tiene sólo que ver con lo que podamos tener en común por la educación, cultura o lo que sea pero con el deseo de crear relaciones distintas entre nosotras. Relaciones distintas a las impuestas por el modelo heterosexual. Que no sean de
atracción por tíos y de competitividad entre tías. Que no sean de comparación entre tías y de buscar agradar a tíos.

Encontrar espacios para hablar de cosas que solemos callar, como situaciones que nos dejan inseguras, actitudes que nos molestan y no sabemos como afrontarlas, no tener claro muchas veces lo que nos apetece, dudas acerca de nuestras reacciones - “no sé si me pasé...”, frustraciones - “me gustaría haber dicho/hecho...”, miedo al conflicto, miedo al rechazo, priorizar las emociones
de las otras sobre las nuestras, dificultad en no sonreír, la facilidad con que separamos nuestras emociones de nuestro cuerpo – desear pegar a alguien pero sentir que no tienes la capacidad física para hacerlo, que alguien te toque de una manera que no te apetece y tu, en tu cabeza, intentas no darle importancia...la dificultad que muchas veces tenemos en reconocer nuestras potencialidades, la dificultad en aceptar lo que sentimos, la dificultad de reconocer agresiones cotidianas.

Una agresión es cuando una se siente agredida.
No hay una manera de afrontar una agresión. Hay muchas maneras. Tantas como situaciones, momentos, estados de ánimo. Y además, somos todas distintas en como reaccionamos y queremos reaccionar.
En autodefensa, aprendemos juntas estrategias y tácticas físicas, verbales, psicológicas para defendernos. Estas son herramientas que cada una decide como y cuando usarlas. Tú decides como reaccionar, confiando en ti misma.
Ninguna defensa es exagerada porque tú sabes, mejor que nadie, lo que estás sintiendo y como lo quieres expresar, sea de una manera tranquila o agresiva. Lo que hay que cuestionar son las agresiones y no las respuestas a estas.

Queremos reconocer y afrontar actitudes violentas en las otras y en ti misma. Visibilizar agresiones que no solemos reconocer como tales: chantajes emocionales, roles de poder... Reconocerlas, rechazarlas, defenderse.

Para nosotras, un grupo de autodefensa de y para mujeres permite crear respuestas individuales y/o colectivas a agresiones. Es una alternativa real a las instituciones y autoridades que quieren tener la respuesta o la solución. No queremos recurrir ni a policía ni a abogados ni a jueces.

Queremos combatir la frustración y la sensación de impotencia que podemos sentir ante una agresión. Entendemos un grupo de autodefensa como un grupo de afinidad, con la posibilidad de organizarse y actuar ante agresiones.

Perdamos el miedo y saquemos la rabia !

Este texto fue publicado en 2005 en el fanzine “de pernas abertas”.

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